HENNA MORENA, LA COSMÉTICA HONESTA

Hace muchos años que desarrollo proyectos de cosmética. En los años 90, impresionaban los nombres de principios activos que sonaran a laboratorio: las ceramidas y las micropartículas con nombres de ficción creaban una atmósfera clínica que garantizaba el resultado. Reconozco haber escrito copys para anuncios habiendo hecho un esfuerzo por creer que aquello que escribía era cierto.
Sin embargo, los tiempos han cambiado. Las mujeres ya no somos las mismas, no nos creemos cualquier cosa. También la crisis exige a las marcas a hablar de una manera más honesta, a respetar al consumidor y a su inteligencia.
Henna Morena es una línea de cosmética para el cabello que quiere recuperar la esencia mediterránea. No sólo por sus ingredientes naturales, sino porque se basa en tratamientos milenarios utilizados por griegos, romanos y árabes, culturas que daban mucha importancia a la belleza.
La gama se basa en los aceites, hennas, champús y jabones naturales, y pretende recuperar el tiempo para cuidarse: es la nueva Slow Cosmetic. No existen productos milagro: todo necesita su tiempo. Y lo que me parece más interesante, Henna Morena promueve una forma de cuidarse "grupal", como lo hacían nuestras abuelas. En casa, entre hermanas, con amigas, dedícandonos tiempo y para hacernos tratamientos compartidos.
Eso sí, toda una filosofía vestida de tendencia, porque Sandra Vivancos, la creadora del proyecto, cree firmememente en que lo natural no está reñido con la estética y el diseño. Para desarrollar la gráfica como he dicho en otros post, he trabajado con Petit Comité.


Todas las fotografías de los envases de la gama son de Salva López. Son instantes de media tarde, cuando el bosque huele a Romero, Salvia, Lavanda y Tomillo.
La gráfica tiene una trama que recuerda a las celosías árabes, aquellas filigranas que existen en las ventanas de muchas casas del sur y que sirven para preservar la intimidad femenina del exterior.




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